Existen otros tipos de procesos de producción de pulpa de papel a partir de productos no convencionales. Estos son: fibras no leñosa, trapo y borra de algodón y fibras secundarias (reciclado).

Fibras no leñosas

Las fibras no leñosas se emplean como sustitutos de la madera, y la producción a nivel industrial se está investigando en los últimos tiempos, pues presentan la ventaja del corto tiempo necesario para su obtención a partir de plantaciones forestales (silvicultura), y además de ser posible su plantación en zonas de difícil obtención de especies madereras.

Las fibras utilizadas son:

  • Desperdicios agrícolas y agroindustriales, entre los que figuran las pajas de los cereales y el arroz y el bagazo de la caña de azúcar.
  • Plantas silvestres, entre las que figuran el bambú, las cañas y el esparto.
  • Cosechas de fibras cultivadas, entre ellas las fibras de hojas, las fibras de lino,...

Estas fibras se suelen utilizar solas o mezcladas con pulpa Kraft adquirida, para conseguir las características requeridas. A menudo, se emplean para fabricar papeles especiales, de alto valor añadido, y con producciones reducidas. La producción masiva está en fase de estudio, donde se incluyen estudios de viabilidad sobre la producción y disponibilidad continuada de materias primas.

Los métodos de tratado de estas materias primas, una vez acondicionadas, es similar a los procesos descritos, con las modificaciones pertinentes que requieren las características diferenciales entre productos madereros y fibras no leñosas.

Trapos y borras de algodón

La utilización de trapos viejos y de borras de algodón, materia prima exclusiva en los primeros momentos de la fabricación de papel, se reducen ahora a papeles de altísima calidad y producción muy limitada, para usos muy especiales u hornamentales.

Fibras secundarias

La utilización masiva de fibras secundarias, provenientes de papeles y cartones reciclados, es relativamente reciente, pues su obtención ha de estar ligada a la recogida selectiva de los desperdicios urbanos e industriales, lo que supone un enorme esfuerzo en logística y planificación. Esta reutilización puede ser posible hoy en día gracias al aumento de la conciencia ecológica, pues la utilización de fibras recicladas implica una menor necesidad de madera talada y un ahorro de energía.

El papel reciclado, antes de su incorporación al ciclo de la pulpa, requiere de su clasificación (no todos el papel puede ser reciclado), en cuanto a origen y calidad y de un tratamiento de lavado para eliminar las impurezas; la impureza más importante que aporta el papel reciclado es la tinta que contiene, y que de no ser separada, produciría papeles oscuros. El tratamiento del papel reciclado sigue los siguientes pasos:

Triturado o desfibrado.

Una vez separada la materia prima según las calidades, se vierte el papel junto con agua en el pulper o desfibrador, donde se tritura para separar las fibras de celulosa. El pulper es una pila circular con un disco ubicado en el fondo que lleva una serie de aletas que sobresalen y que al girar hace que el material se desmenuce y sea evacuado por una cámara de extracción. Por si este proceso no llega a deshacer de forma idónea las fibras, la pasta es tratada en el despastillador. La pasta tiene que pasar por una serie de aberturas que contienen dientes en hileras circulares que se mueven de forma giratoria.

Depuración de la pasta

Como en el proceso de producción de pasta virgen, la pasta que se produce en el pulper tiene que ser depurada ya que puede contener una serie de materiales impropios que pueden perjudicar el proceso. Para la separación de estos contaminantes se utilizan los mismos procesos que para la producción de pasta virgen: cribado y centrifugación.

Destintado

Puede llevarse a cabo mediante lavado o flotación. En ambos casos, a la pasta se le añaden una serie de productos químicos que hacen que la tinta sea atraída o repelida por el agua, sometiéndola a continuación a diferentes lavados o aireación, lo que la retirada de la tinta

Blanqueo

En función del grado de blancura que se quiere aportar al papel reciclado, la pasta reciclada se blanquea con cloro, hipoclorito o peróxido, o preferiblemente con compuestos oxigenados menos contaminantes. También es habitual que una vez depurada la pasta sea tratada para mejorar la calidad de la misma. En estos casos se añade pasta virgen u otros productos como almidón o colorantes.

Es necesario precisar que el papel no se puede reutilizar indefinidamente, pues cada vez que sufren este proceso, las fibras se debilitan, perdiendo flexibilidad y resistencia; se estima que el papel es inservible después de entre seis y diez ciclos de reciclado, según la calidad inicial.

Sáb, 31/12/2005 - 15:59